En un mar de pastos y agricultura, el bosque de la Reserva Lalo Loor brilla como una esmeralda y sirve como refugio para cientos de especies de plantas y animales. Muchos de los animales son amenazados en la región debido a la perdida extrema de bosques tropicales seco en el Ecuador. Por ejemplo, las Chachalacas que son del tamaño de un pavo y se llaman así por sus estridentes llamas que suenan “chachaca, ¡chachalaca!”, o a otros como “¡ven cacao, rico cacao!” (¡come chocolate, delicioso chocolate!) —alguna vez esta especie era abundante arriba y abajo del oeste del Ecuador.
Hoy en día la combinación de la caza y la perdida de bosque ha restringido a estas carismáticas aves a los pocos fragmentos que quedan. La reserva ofrece una variedad de hábitats, desde valles forestales fríos y húmedos hasta crestas rocosas donde las condiciones más secas dominan gracias a una mayor exposición al sol y al viento. En consecuencia, una amplia gama de especies se puede encontrar en la reserva, algunas características de los trópicos húmedos y otras de hábitats más secos. Los visitantes pueden disfrutar de esta variedad al caminar a lo largo de senderos bien mantenidos por lo que los visitantes se alejan para poder tener vistas espectaculares de monos, también de orquídeas y cactus, y una asombrosa diversidad de coloridos y melodiosos pájaros.